Cuando de repente un día la temperatura sube en Formigal y derrite la nieve, se pone en marcha la primavera. En los Pirineos, ríos y barrancos se llenan de agua del deshielo y asoman cientos de flores en las praderas. Retornan los zumbidos de insectos y el verde sustituye al blanco de las montañas.
Pero los trineos no se guardan, ¿sabes que puedes seguir disfrutando de trineos tirados por perros nórdicos, por en medio de los bosques? O rutas de montaña a más de 2.000 metros con quads o 4×4. Los senderos ya están despejados y puedes pasear y ver, con suerte, zorros, quebrantahuesos, marmotas, búhos, mirlos, ardillas… entre pinos, abetos, tejos y coníferas.
El gran hotel Abba Formigal está más que nunca en medio de una naturaleza viva, que disfrutarás especialmente en su terraza con vista panorámica a los Pirineos. A 20 metros, además, está la piscina pública de Formigal, más atractiva que nunca ya que los rayos de sol en zonas altas son muy fuertes. Si no te atreves todavía, el hotel tiene piscina interior climatizada, servicio de masajes, bañera de hidromasaje y baño turco.
Puedes reservar habitaciones familiares con salón, para hasta 4 personas, en las que no pagas por 1 hijo menor de 11 años, o con un 50 % de descuento si es mayor de esta edad, también para un adulto extra. Y un descuento del 15 %, hasta el 31 de agosto, por reservar con 15 días de antelación. Formigal sigue tan divertida como siempre.