A Santander hay que ir a un buen hotel porque contribuye a vivir al mismo estilo que la ciudad, señora y buena vividora, amante del mar, de la comida y del verse y ser visto. Para ello hemos buscado uno de los mejores hoteles de la ciudad que sea sensible al turismo familiar.
El Hotel Santemar se enorgullece de ser el más grande de la costa cantábrica, y es un lugar con estilo y buen servicio. Está, además, a dos minutos de la playa del Sardinero. Tiene elegantes habitaciones con servicios familiares: comunicadas, con cunas y camas supletorias y el alojamiento gratuito de 1 hijo menor de 2 años en cuna y 1 hijo menor de 12 en la misma habitación. Cuenta con desayuno buffet, bar y restaurante con cocina de la zona. Un hotel para sentirse a gusto.
Lo interesante, como hemos dicho, es que se encuentra junto a la playa del Sardinero, que da tanta vida a la ciudad. A ella van sus habitantes en cuanto hace sol, y es aquí donde se viven las noches más divertidas de la ciudad, con buena comida y mejor ambiente. Si quieres conocer bien Santander, tienes que vivir el ambiente de tapas y vinos del Sardinero.
De día, es una playa urbana de fina arena y bandera azul con todo tipo de servicios, rodeada de un paseo marítimo, de verde y de palacios de la nobleza. Se practica en ella el surf y las palas –imprescindibles para ser un buen santanderino- y, en fin, el placer de descansar en una playa en plena ciudad. Verás en ella gente a todas horas, paseando, jugando, charlando o disfrutando de sus bares y restaurantes. Y tiene un pequeño parque para los niños. Así que ya sabes, si vas a Santander, piérdete en el Sardinero.