¿Cómo podemos aficionar a nuestros hijos a hacer senderismo? No suele ser habitual que a los niños les guste salir a andar, sobre todo si saben que pueden hacer otros planes más atractivos, pero si les transmitimos lo bien que lo vamos a pasar, acabará convirtiéndose en una pasión para ellos.
Iniciar a los niños en el mundo del deporte tiene muchos beneficios, ya no solo por lo que les aporta a su salud sino porque, en este caso, nos permite pasar un rato a todos juntos. Con la rutina apenas podemos charlar con los niños y no les prestamos la atención suficiente. Por lo que este, es un buen momento para escuchar todo lo que nos quieran contar de sus amigos, el colegio, etc.
Para llevar a cabo esta costumbre o intentar hacerlo de forma regular (al menos dos veces al mes) hay que empezar poco a poco, lo importante es introducirles en esta apasionante actividad que une a familia y naturaleza.
Existen muchas rutas adaptadas a ellos o no muy difíciles que pueden ser el plan perfecto para pasar un día estupendo todos y desconectar de la rutina.
Por qué llevar a los niños de senderismo
Es un motivo más que de peso para concienciarles de que hay que respetar el entorno e inculcarles valores ecológicos y, ¿quién mejor que las siguientes generaciones para hacerlo? Para lograr un turismo sostenible tenemos que cuidar todos los rincones rurales.
Además, es otra forma de pasar un rato con ellos, escucharnos, enseñarles cosas de la naturaleza y que puedan observar cada flor, cada insecto, los paisajes, los árboles, etc. Es una actividad diferente de los típicos planes de fines de semana de televisor, móviles, tablets o centros comerciales.
Consejos para introducirles en el senderismo
Los niños copian e imitan todo lo que hacemos los mayores, por lo que a los primeros que nos debe de gustar caminar es a nosotros. Si no disfrutamos de lo que nos ofrece andar por el campo, va a ser muy complicado hacerles ver a ellos que nos lo vamos a pasar bien.
Iniciarles en este mundo desde que son bebés ayudará a que se aficionen por el senderismo. Muchos padres empiezan cargándoles en la mochila para trasmitirles su pasión por caminar, otros les llevan en sus carritos, pero si no es tu caso y los tuyos son algo más mayores estás a tiempo, hay rutas para todas las edades. Podréis empezar haciendo pequeños paseos, incluso si se cansan probad a jugar por ejemplo cogiendo hojas de los árboles, castañas, o mirando los peces de algún río que os encontréis.
Siempre hay que saber adaptar la situación y el lugar a las edades de nuestros hijos. Tampoco vamos a hacernos rutas de 10 km con niños de cinco años ya que de ser así no querrán volver a repetir este plan. Habrá que comenzar con trayectos fáciles y divertidos, y en función de la edad y el tiempo que lleven practicándolo aumentará la dificultad.
Hay que ser paciente y flexible con ellos. Es normal que se detengan a ver cualquier cosa o que se entretengan por el camino. Lo importante es que disfruten y tengan curiosidad por todo lo que se encuentran. Al final hay que tener en cuenta que no es senderismo, sino ¡un día de aventura!
Esperamos que esta guía os sirva de ejemplo para disfrutar de la experiencia que es hacer senderismo con niños.