Gran Canaria, destino con sabor a turismo familiar

| Destinos para ir con niños | 16 julio, 2020

Una de las mayores virtudes de Gran Canaria es su extraordinaria capacidad de parecer mil lugares en un instante. Las continuas apelaciones a su heterogeneidad no son arbitrarias. Existen poderosas razones para acreditar su diversidad como el mejor aval de un destino turístico de primer orden.
Esa variedad ha emergido a lo largo de los años merced a la fusión de un entorno medioambiental privilegiado, unas condiciones climatológicas únicas en el planeta y una extensa oferta cultural y de ocio capaz de satisfacer las necesidades de los viajeros más exigentes.

Pasión por la naturaleza
Gran Canaria se toma muy en serio la conservación de su patrimonio natural. En 2005, la UNESCO premió ese esfuerzo con la declaración de Reserva Mundial de la Biosfera. Un 43% de su superficie es territorio protegido. Así que sobran rincones para perderse y disfrutar de las más de cien especies de flora que sólo pueden verse en la Isla y de emblemas de la fauna local como el pinzón azul o el lagarto canarión.

La exuberancia paisajística de Gran Canaria puede ser contemplada en calma desde su red de miradores o siendo testigo del imponente pacto de silencio que guardan desde hace millones de años dos singulares monolitos basálticos. El Roque Nublo es un icono de la Isla que resiste el paso del tiempo en soledad mientras que el Bentayga se presenta ante los ojos con la majestuosidad que le reporta haber sido un lugar de culto para los aborígenes que poblaron el Archipiélago hasta el siglo XV.

Gran Canaria cuenta con casi 60 kilómetros de playas repartidas en 236 kilómetros de costa. Hay espacios para todos los gustos. Parajes pintorescos como el litoral de Mogán y Agaete o estupendas alfombras de arena dorada como Las Canteras y Amadores. En el sur de la Isla se encuentra Maspalomas, un enclave ideal en donde disfrutar de un cálido atardecer junto a un faro decimonónico que goza de una plácida jubilación. Las dunas, una pequeña porción de desierto anclada junto al mar, es un escenario sublime para aquellos que asocien su bienestar al descanso.

Un lugar para saborear la vida
Bañada por el Océano Atlántico, Gran Canaria ha sabido aprovechar sus aventajadas circunstancias para transformarse en un divertido parque acuático. Surf, windsurf y kitesurf son algunos de los deportes que se pueden practicar durante todo el año. El jetski y el parasailing aseguran altas dosis de adrenalina y la riqueza de los fondos marinos supone un gran reclamo para los apasionados del buceo y la pesca deportiva. De vuelta a tierra firme, el golf y el senderismo juegan un papel capital en una Isla que expone sus 24 grados de temperatura media anual como el mejor argumento para practicar ejercicio al aire libre.

Gran Canaria es un destino familiar que asegura una desconexión instantánea con los pequeños de la casa pero también pretende consolidarse como punto de encuentro para hacer negocios. Su conectividad aérea y la calidad de su oferta alojativa permiten combinar el trabajo con un sinfín de alternativas para el tiempo de esparcimiento. Las Palmas de Gran Canaria, capital de la Isla, presume de ser un emplazamiento en el que está prohibido aburrirse. La ciudad esconde sus secretos más íntimos en el antiguo barrio de Vegueta, en el que se ubican interesantes museos que el visitante debería inspeccionar.

La gastronomía de Gran Canaria es otro ejemplo del mestizaje que le ha brindado su triple identidad europea, africana y americana. La Isla luce con orgullo una amplia gama de productos. Hay quesos exquisitos, frutas y verduras que se exportan al Viejo Continente, un excelente pescado y una repostería tradicional hecha arte gracias al legado de varias generaciones.
Estar en Gran Canaria es estar en todas partes. Una experiencia placentera para los sentidos. Una oportunidad para apreciar, en sus múltiples formas, la belleza que nos rodea.

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