Entramos en una de las grandes ciudades de Cataluña. Visitar Girona en familia es querer pasar unos días callejeando por una ciudad fascinante, en la que todos descubren cosas que valen la pena. Además, como gran ciudad, ofrece servicios y entretenimientos innovadores e interesantes.
En Girona conocerás la Judería, el barrio de callejas de piedra y estrechas con edificios secretos que excitan la imaginación. Cada pocos metros te invita a cruzar alguno de los ríos que la cruzan que te llevan, por ejemplo, a su avenida porticada, al museo del Cine, a una de las más impresionantes catedrales europeas o a besarle el culo a la Leona de la calle Calderers.
Es también una ciudad amante de la cultura biológica que ofrece continuamente ferias y mercadillos donde descubrir el sabor original del pan, mieles salvajes, remedios de hierbas o sus impresionantes embutidos. Y, sobre todo, un lugar a donde ir si te gusta de verdad la carne: de la mejor.
Una visita a Girona se ha de hacer desde un hotel histórico, que dé todo el sabor de la ciudad a la experiencia. Así lo hace el Hotel Ultonia, inaugurado en 1962 en pleno centro, y ampliado con el tiempo con categoría superior, a 10 minutos a pie de la estación de tren y de autobuses. Listo para recibirte como lo hará la ciudad. Si vas con niños, uno de ellos se aloja gratis hasta los 12 años. Y si es menor de 2 años, un segundo también. Hay precios especiales para instalar una cama supletoria para otro niño de más de 12 años o un adulto. Así que puedes disfrutar de la comodidad de estar allí alojado sin sobresaltos.
Elige una buena fecha para ir a Girona, que está repleta de ellas, ¡y no dejes ningún rincón por mirar! Como dice orgullosamente la ciudad: hay Girona para todo el año.