Fíjate qué lema: “Las empresas cargadas de tradición están cargadas de futuro”. Y quizás son los casi 60 años del Hotel Balmes lo que lo hacen tan entrañablemente familiar. Eso, que se renueva continuamente y que está certificado con la marca de Turismo Familiar. Nos gusta también porque dispone de habitaciones, estudios y apartamentos reservables con limpieza diaria y distintos tipos de pensión. Y que 1 hijo menor de 2 años se aloja gratis.
Nos encontramos en Calella, una de las mediterráneas poblaciones del Maresme catalán, de temperaturas suaves y fresca brisa nocturna en verano. Por aquí pasa el Montnegre Corredor, un espacio natural protegido que invita a recorrerlo en bici o a hacer excursiones de todo un día. Es muy extenso, y en su interior alberga fuentes, monumentos megalíticos, masías y huertas y… zonas esotéricas, de espíritu misterioso, no en vano es conocido como área de brujas.
De Calella es también famosísimo el faro. Te recomendamos subir a la montaña de Capaspre, donde está ubicado, a disfrutar del espacio natural y de las vistas sobre el mar y sus playas. Otro de los grandes atractivos de esta zona, por supuesto. En Calella puedes escoger entre tres: la playa grande, provista de todo tipo de servicios, la de Garbí, que luce orgullosa la Q de calidad turística, y la de las rocas, más bien calitas entre acantilados que vale la pena conquistar a primera hora de la mañana, para sentirse un robinsón crusoe de la zona.
Cerca de la playa grande se ubica el Hotel Balmes, y de la estación de tren, y de la zona comercial, en una tranquila área residencial. Tiene un enorme jardín con columpios, piscinas para mayores y pequeños y una de hidromasaje. Y le encanta organizar continuas actividades por edades, para sacarle todo su jugo al verano. Los niños participan en concursos y talleres, y por la noche se divierten aparte de los mayores, en su propia minidisco. En la playa, cientos de actividades gratis: kayak, salsa, excursiones, deportes varios náuticos… os esperan.