Una terraza con vistas al mar es un lugar en el hay que estar al menos una vez en la vida. Sentarse en un par de hamacas a contemplar el lenguaje de esa inmensa extensión de agua que nos conecta con la otra parte del mundo, que revive cientos de historias de libros leídos, películas que nos han impresionado, y que suena a paz. Especialmente cuando cae la tarde y el mundo se vuelve medio azul, medio gris.
Si además es el mar que da a la playa de los Cancajos, mejor aún. Porque es cristalino, salpicado de roca volcánica, con fondo de arena negra, y uno de los buenos lugares de La Palma para bucear por sus cuevas submarinas y su vida marina (recuerda que La Palma ha sido reconocida por la Unesco como Reserva de la Biosfera en su totalidad). Bucear aquí es descubrir un paisaje de lava joven, rocas y barrancos, y especies marítimas autóctonas. Puedes entrar en cuevas, seguir flujos de lava o moverte entre cañones. Sea cual sea tu nivel.
Puedes hacer vida en el área más social de la playa, con todo tipo de servicios, duchas y vestuarios (sus chiringuitos con terraza son otro magnífico lugar desde el que disfrutar del mar), o buscarte una calita y bañarte en tu propia bañera de roca volcánica. La zona tiene fama por su buen pescado y su animada vida nocturna. Al fondo, la montaña te invita a subirla y degustar sus maravillosas vistas y acantilados.
Desde el hotel H10 Taburiente Playa, la sensación de vacaciones es completa. Todo hecho, buen servicio e instalaciones para que escojas en cada momento lo que más te apetece. 3 piscinas, pista de tenis, ping pong y billar, sauna y masajes, parque infantil, zonas wi-fi, bares y restaurante. Y un premio 2013 por su máximo estándar en limpieza. Y lo que es muy interesante para las familias: 1 menor de 2 años se aloja gratis, 1 niño de 3 a 12 años, también. ¿Qué tal si reservas ya el vuelo con buen precio?