Costa Brava de finales de verano
Septiembre y octubre son todavía meses en que apetece disfrutar de la playa y de la vida al aire libre. Se puede ir descalzo por la arena ¡e incluso bañarse un buen día soleado! El tiempo invita a aperitivos al sol en una buena terraza, a caminar junto a la costa y, en general, a seguir llevando una vida típica del tiempo caluroso. Cuando llega el frío, en cambio… vienen las ganas de recogerse, de chimenea, de bosques y esquiadas.
Así que los hoteles tradicionales de la costa son en estos dos meses muy apetitosos, porque nos mantienen conectados a esta vida veraniega, ya más tranquila. El hotel Anabel de Lloret de Mar, por ejemplo, cierra la temporada en noviembre. Pero hasta entonces te ofrece su piscina, la infantil y el área de juego para los peques, el ping pong y la petanca, como siempre, listos para divertirse. Ah, y su Spa con piscina climatizada, 2 saunas, 2 jacuzzis, baño turco y gimnasio, al que pueden ir los menores de 16 años acompañados de un adulto.
Aquí tienes buenas habitaciones familiares y comunicadas con alojamiento gratuito para dos niños menores de 13 años compartiendo habitación con 2 adultos. También tienes espacio para tu bici, pues este hotel es bike friendly. Y por cierto, Lloret de Mar está repleto de parques urbanos, además de sus bonitas playas de la Costa Brava y caminos bordeando el mar. Descubrir más de esta tranquila población a finales de verano… puede ser uno de tus próximos placeres.
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